• Asuntos circunstanciales

    80 páginas | Tapa blanda | Formato: 13 x 19.5 cm.
    Año de publicación: 2024

     

    En Asuntos circunstanciales el cuerpo femenino se construye palabra por palabra, verso por verso. En el amor juvenil, en la disrupción visceral de la sexualidad, cada poema nos conduce por un sinfín de habitaciones oscuras que resguardan el pudor de los amantes. Cuarenta años después de su primera publicación, este sigue siendo un libro desestabilizador para las estructuras sociales de la Lima más conservadora. – Jorge Zagal Matasoglio

  • Defensoras de la naturaleza. Historias de vida de mujeres del sur andino

    211 páginas | Tapa blanda | Formato: 16 x 23 cm.
    Año de publicación: 2024

     

    Son diez los testimonios que recoge Rocío Silva-Santisteban de las defensoras del agua y de la tierra que habitan el corredor minero entre Cusco y Apurímac. Diez experiencias de vida singulares que, juntas, alientan el tejido de un rico y denso tapiz de palabras opacas y burbujeantes, en quechua y en español, en susurros y estruendos atravesados de dolor y ternura. Deambulan en este tapiz más recuerdos que expectativas, más pasado que futuro; será por eso que la verde esperanza asoma solo a veces, y cuando lo hace parece pálida como los pastos blancos que enferman a las vacas en sus querencias.

  • La noche. Vivir sin testigo

    Traducción del francés
    128 páginas | Tapa blanda | Formato: 15 x 22 cm.
    Año de publicación: 2020

     

    La hipótesis que este libro no cesa de profundizar es que le damos nuestro consentimiento a la noche porque está desprovista de testigos designados. El bandido actúa en la oscuridad esperando que nadie pueda reconocerlo en el tribunal. El poeta busca en la noche una inocencia que no encuentra en el día. De una manera menos sublime, quien entra en la noche para no dormir escapa por un tiempo a los juicios del resto o al de su propia conciencia. Velan para ya no ser vigilados. El arte de vivir sin testigo también acarrea obligaciones: existe una ley de la noche, de aspecto menos jurídico que la ley del día, pero no por ello es menos exigente. Pensar la noche es pensar la manera en que la oscuridad cambia nuestra percepción, transforma nuestra relación con los otros o modifica nuestra experiencia del tiempo, pero siguiendo siempre las reglas que le son propias. Para el autor, es necesario privilegiar no la oposición binaria entre lo nocturno y lo diurno, sino las situaciones en las que entran en un prometedor conflicto. Sin eso, el día olvidaría que él es el día de la noche que lo precede: solo habría lugar para una pálida transparencia en la que todos están dispuestos a ser testigos.

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