• Finnegans Wake: una lectura anotada de cuatro capítulos

    Autor/a:James Joyce

    484 páginas | Tapa blanda | Formato: 15 x 23 cm.

     

    En Finnegans Wake asistimos al desdoblamiento del lenguaje en general: no de una sola lengua nativa, sino de los varios idiomas a los que Joyce tenía acceso, desde dialectos sudamericanos hasta léxicos alusivos al Extremo Oriente, en un discurso polisémico que fluye principalmente en voces del Atlántico, el Mediterráneo y el Mar del Norte. Al apropiarse de la palabra, se adueña del mundo y de su historia, en una recreación de la literatura universal que pasa a través de sus fuentes más obvias: la Biblia, Shakespeare, Blake, Yeats, Wilde, Sterne, Swift, Twain; las teorías de Giambattista Vico, Giordano Bruno y otros pensadores; estudios sobre las religiones del mundo, anales, mitologías, óperas, tonadas infantiles, canciones antiguas y un extenso etcétera que pretende no dejar fuera ningún referente cultural del devenir humano, según el punto de vista de este europeo de entreguerras.

  • Río Mapacho. Desafíos, propuestas frente al cambio climático

    87 páginas | Tapa blanda | Formato: 17 x 24 cm.
    Año de publicación: 2020

     

    El cambio climático demuestra cada día más sus consecuencias en todo el mundo: para el ser humano, la biodiversidad y lo ecosistemas. En la parte alta de la cuenca del Vilcanota-Urubamba, la población no se rinde y lucha con creatividad y rigor contra los efectos negativos, garantizando su sobrevivencia en un entorno de ecosistemas preciosos y condiciones peculiares de bienestar. Un ejemplo a nivel local de adaptación y mitigación al cambio climático.

  • Thomas Wainewright, envenenador y otros textos fulminantes

    Autor/a:Oscar Wilde

    116 páginas | Tapa blanda | Formato: 10 x 20 cm.
    Año de publicación: 2014

     

    Aunque varios de los textos que componen este librito de apariencia breve no habían sido antes traducidos al castellano, no es ésa la principal gracia que el lector encontrará en ellos. Al decir del traductor y encargado de la selección, Juan Manuel Vial, estos escritos nos muestran a un Oscar Wilde desconocido, que no figura, ni siquiera como espectro, en sus grandes obras literarias. Preocupado de asuntos espectaculares, como la existencia de aquel admirable envenenador llamado Thomas Wainewright, y de otros más cotidianos, como la decoración del hogar, la filosofía del vestir, las peculiaridades de los habitantes de Estados Unidos y las vicisitudes de las modelos y los modelos en Londres, Wilde se revela aquí como un férreo defensor del buen gusto, sin privarse, claro que no, de lanzar dardos emponzoñados en contra de los falsarios, los académicos y todos quienes, siguiendo una u otra moda, acabaron construyendo horrores, ya fuera en el arte o en la vida misma.

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