• Calles militarizadas

    304 páginas | Tapa blanda | Formato: 14 x 21 cm.
    Año de publicación: 2024

     

    En Calles militarizadas, Denji Kuroshima nos da su versión del Incidente de Jinan, un enfrentamiento armado ocurrido en China en 1928 entre el ejército imperial japonés y el ejército chino del sur. Por ese entonces China estaba dividida bajo el control de caudillos militares, explotada por Japón y por las potencias de Occidente. La mirada de Denji Kuroshima en defensa de salarios dignos y mejores condiciones para trabajadores y campesinos le valió la censura tanto del gobierno japonés como de Estados Unidos después de la Segunda Guerra Mundial. Su novela no fue publicada en versión completa hasta 1970, veintisiete años después de su muerte. Calles militarizadas plantea un camino posible hacia un mundo diferente, más humano y pacífico, forjando poderosos vínculos de solidaridad internacional. Esta es su primera traducción al español.

  • Casita de pan / Tantamanta Wasicha

    42 páginas | Tapa dura | Formato: 23 x 23 cm.
    Idioma: español / quechua
    Traducción al quechua: Yanira Ccencho

     

    Dos niños, abandonados a su suerte en mitad del bosque, descubren una casita hecha de pan dulce. ¿Qué podría salir mal? Descúbrelo en esta nueva adaptación del cuento de «Hansel y Gretel» de los hermanos Grimm, contado desde el lápiz de Víctor Ynami y en traducción al quechua de Yanira Ccencho.

  • La noche. Vivir sin testigo

    Traducción del francés
    128 páginas | Tapa blanda | Formato: 15 x 22 cm.
    Año de publicación: 2020

     

    La hipótesis que este libro no cesa de profundizar es que le damos nuestro consentimiento a la noche porque está desprovista de testigos designados. El bandido actúa en la oscuridad esperando que nadie pueda reconocerlo en el tribunal. El poeta busca en la noche una inocencia que no encuentra en el día. De una manera menos sublime, quien entra en la noche para no dormir escapa por un tiempo a los juicios del resto o al de su propia conciencia. Velan para ya no ser vigilados. El arte de vivir sin testigo también acarrea obligaciones: existe una ley de la noche, de aspecto menos jurídico que la ley del día, pero no por ello es menos exigente. Pensar la noche es pensar la manera en que la oscuridad cambia nuestra percepción, transforma nuestra relación con los otros o modifica nuestra experiencia del tiempo, pero siguiendo siempre las reglas que le son propias. Para el autor, es necesario privilegiar no la oposición binaria entre lo nocturno y lo diurno, sino las situaciones en las que entran en un prometedor conflicto. Sin eso, el día olvidaría que él es el día de la noche que lo precede: solo habría lugar para una pálida transparencia en la que todos están dispuestos a ser testigos.

Menú principal