• Casita de pan / Tantamanta Wasicha

    42 páginas | Tapa dura | Formato: 23 x 23 cm.
    Idioma: español / quechua
    Traducción al quechua: Yanira Ccencho

     

    Dos niños, abandonados a su suerte en mitad del bosque, descubren una casita hecha de pan dulce. ¿Qué podría salir mal? Descúbrelo en esta nueva adaptación del cuento de «Hansel y Gretel» de los hermanos Grimm, contado desde el lápiz de Víctor Ynami y en traducción al quechua de Yanira Ccencho.

  • La ética del cuidado

    Traductora (del francés): Natalia Calderón
    120 páginas | Tapa blanda | Formato: 15 x 22 cm.
    Año de publicación: 2022

     

    A partir de la premisa de que el cuidado es un modo de respuesta ante el desmantelamiento de lo público y lo social, Fabienne Brugère reivindica desde una perspectiva feminista la labor que históricamente han tenido las mujeres y reformula ese quehacer más allá del determinismo histórico que acusa las profundas desigualdades entre hombres y mujeres.
     
    La rehabilitación del cuidado en la sociedad, a diferencia de la moral y su carácter universalista, supone el reconocimiento de que las personas se necesitan recíprocamente. El ideal de autonomía, desde la perspectiva de Brugère, solo es posible gracias a quienes otorgan cuidado en la medida en que este último es la clave del buen vivir. Así, el maternaje, lejos de ser un hecho biológico, es una función que supone la revisión de cómo nos relacionamos y cuáles son nuestras responsabilidades.

  • Thomas Wainewright, envenenador y otros textos fulminantes

    Autor/a:Oscar Wilde

    116 páginas | Tapa blanda | Formato: 10 x 20 cm.
    Año de publicación: 2014

     

    Aunque varios de los textos que componen este librito de apariencia breve no habían sido antes traducidos al castellano, no es ésa la principal gracia que el lector encontrará en ellos. Al decir del traductor y encargado de la selección, Juan Manuel Vial, estos escritos nos muestran a un Oscar Wilde desconocido, que no figura, ni siquiera como espectro, en sus grandes obras literarias. Preocupado de asuntos espectaculares, como la existencia de aquel admirable envenenador llamado Thomas Wainewright, y de otros más cotidianos, como la decoración del hogar, la filosofía del vestir, las peculiaridades de los habitantes de Estados Unidos y las vicisitudes de las modelos y los modelos en Londres, Wilde se revela aquí como un férreo defensor del buen gusto, sin privarse, claro que no, de lanzar dardos emponzoñados en contra de los falsarios, los académicos y todos quienes, siguiendo una u otra moda, acabaron construyendo horrores, ya fuera en el arte o en la vida misma.

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