• Cuatro páginas en blanco

    137 páginas | Tapa blanda con solapas | Formato: 14 x 20.5 cm.

    Incomprendido en su tiempo, Federico Alzubide fue un escritor que, sin haber colocado palabra alguna sobre el papel (y de ahí el título de este libro), movió los cimientos de la crítica. ¿Era un verdadero vanguardista o alguien que se burlaba de sus lectores? Cuatro páginas en blanco, de Lucho Zúñiga, es un notable artefacto estético porque combina el ensayo, la entrevista y el microrrelato para afianzar su carácter metaliterario. Pero es, ante todo, un texto arriesgado y que no debe pasar desapercibido.

  • Los zapatos de Bianciotti

    108 páginas | Tapa blanda con solapas | Formato: 14 x 20.5 cm.

    Las novelas y cuentos de Carlos Calderón Fajardo ya auguraban su buena perfomance en el difícil terreno del microrrelato. Prueba de ello es la presente selección que reúne cincuenta pequeñas ficciones que dejó en los archivos que ahora conforman su obra póstuma. Este libro es el primero que aparece tras el fallecimiento de quien fuera en vida un notable contador de historias. Sucesos extraños, escritores delirantes y seres solitarios quedan retratados aquí con un lenguaje plagado de ironía, humor negro y, muchas veces, iluminador.

  • Orientación vocacional

    91 páginas | Tapa blanda | Formato: 14 x 20.5 cm.
    Año de publicación: 2015

     

    Orientación vocacional es la historia de cómo aquello que vivimos de niños nos transforma en lo que hoy somos y nos mira desde el espejo. Es también un libro que nunca se cierra, pues propicia el encuentro del lector con sus propias historias de colegio y el recuerdo de esas primeras amistades que se han vuelto indelebles. «Si el niño de la foto supiera que el salvaje que le roba la lonchera, o que el amigo que le contó la historia de cómo cachan las arañas, o que la chica que le enseñó a bailar el rock se convertirán un día en historias impresas en un libro, se paltearía», afirma Pierre Castro en la solapa del volumen. «Solo cuando este niño sea un adulto descubrirá que nunca olvidó a esos chicos», concluye.

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