• Historia mínima del neoliberalismo. Orígenes intelectuales de una revolución cultural

    312 páginas | Tapa blanda con solapas | Formato: 14.5 x 22 cm.
    Año de publicación: 2016

     

    El neoliberalismo existe, no es una invención de la izquierda. En este libro, Fernando Escalante Gonzalbo analiza con lucidez excepcional este programa intelectual y cultural que tuvo su origen en 1938 — con Ludwing von Mises, Friedrich Hayek, Raymond Aron en le Coloquio Lippman —, y afirma que no estamos únicamente frente a un orden social y económico. El neoliberalismo es además una manera de entender la vida cotidiana, los avatares del trabajo, un modo de interpretar nuestros vínculos sociales. También es una antropología, una idea de la naturaleza humana, del derecho, del estado, de la educación, de la salud. Es un programa complejo, una ideología en el sentido más fuerte de la palabra; en suma, el proyecto político y cultural más influyente desde la segunda mitad del siglo XX.
     

    No parece exagerado asumir que vivimos una momento neoliberal. La novedad en estos últimos años es que todo ello se haya cristalizado en una maquinaria global que consiguió transformar los sentidos comunes del mundo entero. ¿Cómo narrar la historia del neoliberalismo tras el anuncio del fin de la ideologías y de la Guerra Fría? ¿Qué silencios se tejen sobre esta historia? ¿Cuán justa es una sociedad donde una élite sin empatía acumula más riqueza y justifica las crecientes desigualdades?
     

    En Historia mínima del neoliberalismo el autor busca responder esas interrogantes a través del relato de este fenómeno global que se ha convertido en el esqueleto de nuestros referentes cotidianos.

    S/ 45.00S/ 50.00
  • Loca fuerte. Retrato de Pedro Lemebel

    277 páginas | Tapa blanda | Formato: 13 x 21 cm.
    Año de publicación: 2022 (reimpresión: 2024)

     

    En octubre de 2019, durante el estallido social en Chile, las calles se llenaron de pintadas con el rostro de Pedro Lemebel. Fallecido en 2015, su figura, a la vez altiva y martirizada, provocadora y dramática, permanecía en el imaginario como uno de los símbolos más vibrantes de la rebelión y la furia, alcanzando niveles de devoción inusuales para un escritor. Lemebel fue un niño pobre en una barriada pobre, el hijo consentido de su madre, el maricón del que todos se burlaban, la loca golosa que recorría el centro de Santiago en busca de sexo, el profesor de liceo que se vestía de manera extravagante, el artista brutal de las Yeguas del Apocalipsis, el orfebre de un lenguaje propio, el cronista de éxito, el terror de las ferias literarias, el superventas de taco alto. Las distintas facetas de la vida de uno de los autores más populares de Chile son complejas, a menudo contradictorias, casi siempre extremas. A través de una intensa investigación y decenas de testimonios de quienes lo conocieron, el periodista Óscar Contardo retrata, con la solidez elegante e incisiva de su mirada y de su prosa, a un hombre cuya metamorfosis –de la pobreza al reconocimiento internacional– resulta impresionante. Loca fuerte no narra la historia de un mito, sino la de un hombre complejo, a veces tierno, siempre rabioso, cuya voz no se ha apagado con la muerte.

  • Teatro peruano en el tiempo del miedo. Estética, historia y violencia (1980-2000)

    264 páginas | Tapa blanda | Formato: 14.5 x 20 cm.

     

    Entre los años 1980 y 2000 el Perú vivió una época de violencia sin precedentes, nacida del enfrentamiento de dos visiones extremistas sobre cómo solucionar los históricos problemas nacionales. Una se tomó el derecho de atacar el naciente orden democrático para instaurar un comunismo mesiánico, de métodos terroristas, ineficiente hasta en sus estrategias militares. La otra, aprovechando la urgencia de respuestas, se ocupó de desaparecer toda forma de oposición ideológica al liberalismo/capitalismo reinante, y se llevó de encuentro poblaciones vulnerables, históricamente postergadas. El resultado fue un tiempo de miedo, —manchay tiempo era llamado en la zona andina— un trauma social todavía perceptible en varias generaciones de peruanos.
     
    Ante este desplome del tejido social, los artistas del teatro se vieron forzados a dialogar con esta realidad angustiante. Sin embargo, muchos de los discursos escénicos sobre y en medio del conflicto armado, no han sido revisados con detenimiento, en una perspectiva de largo plazo, ni se ha establecido su posible influencia en el quehacer cultural posterior. Todavía algunas preguntas parecen pertinentes de formular: ¿Qué dijo el teatro peruano sobre la violencia?, ¿lo dijo bien?, ¿contribuyó a contar una verdad?

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