• “Vuelve no te quedes”. Encantos y pérdida de la sombra en los Andes de Piura

    Autor/a:Mario Polia

    250 páginas | Tapa blanda | Formato: 17 x 24 cm.
    Año de publicación: 2022

     

    Además de captar las sutilezas del curanderismo de la sierra norteña, el Dr. Polia ofrece interpretaciones lúcidas del material etnográfico ligándolo con la cosmovisión andina. Por medio de esta metodología, muestra la lógica de la teoría y la terapia de los curanderos. Demuestra además que la “pérdida de la sombra” (susto o espanto) es el hilo conector entre síndromes tales como la “tapiadura”, la “shucadura”, el “piso de cerro”, el “encanto de cerro”, el “daño” y el “guayanche” que causan el ingreso de la “sombra” a una dimensión mítica, paralela a la vida ordinaria, donde viven espíritus de cerros, lagunas, huacas, plantas y antepasados. Complementando esta manera de proceder, el autor agrega la comparación etnológica y la lingüística para demostrar la homogeneidad entre creencias y prácticas de la sierra de Piura, de culturas de los Andes peruanos que habla quechua y aymara y de las culturas de habla nahua de México. Asimismo, llama la atención a la paralela y antigua presencia del concepto de “pérdida del alma” en la cultura popular europea. También documenta, por medio de su conocimiento de crónicas españolas de la época colonial, la continuidad cultural a través de tiempos de estas prácticas indígenas de los Andes.

  • Teatro peruano en el tiempo del miedo. Estética, historia y violencia (1980-2000)

    264 páginas | Tapa blanda | Formato: 14.5 x 20 cm.

     

    Entre los años 1980 y 2000 el Perú vivió una época de violencia sin precedentes, nacida del enfrentamiento de dos visiones extremistas sobre cómo solucionar los históricos problemas nacionales. Una se tomó el derecho de atacar el naciente orden democrático para instaurar un comunismo mesiánico, de métodos terroristas, ineficiente hasta en sus estrategias militares. La otra, aprovechando la urgencia de respuestas, se ocupó de desaparecer toda forma de oposición ideológica al liberalismo/capitalismo reinante, y se llevó de encuentro poblaciones vulnerables, históricamente postergadas. El resultado fue un tiempo de miedo, —manchay tiempo era llamado en la zona andina— un trauma social todavía perceptible en varias generaciones de peruanos.
     
    Ante este desplome del tejido social, los artistas del teatro se vieron forzados a dialogar con esta realidad angustiante. Sin embargo, muchos de los discursos escénicos sobre y en medio del conflicto armado, no han sido revisados con detenimiento, en una perspectiva de largo plazo, ni se ha establecido su posible influencia en el quehacer cultural posterior. Todavía algunas preguntas parecen pertinentes de formular: ¿Qué dijo el teatro peruano sobre la violencia?, ¿lo dijo bien?, ¿contribuyó a contar una verdad?

  • Una rueda dentro de una rueda. Cómo aprendí a andar en bicicleta

    78 páginas | Tapa blanda con solapas | Formato: 14 x 21 cm.
    Año de publicación: 2024

     

    El siglo XIX se despedía con aires de cambio. Expresiones como «igualdad», «libertad», «sufragio femenino», sonaban en las reuniones y en las calles de las grandes ciudades. Pronto, la bicicleta se integró en la revolución feminista y a las campañas de las sufragistas. «Pedalear por el sufragio», se convirtió en una proclama clave que se extendió como la pólvora. Así, el ciclismo pasó de ser una actividad recreativa, a tomar un significado reivindicativo contra las ataduras de la época victoriana. Sinónimo de liberación y de igualdad.
     
    Publicado por primera vez en 1895, Una rueda dentro de una rueda. Cómo aprendí a andar en bicicleta se transformó en todo un clásico. Un fascinante testimonio de la expansión de la bicicleta en el cambio de siglo, y de la libertad que este medio de trasporte ofrecía a las mujeres de entonces. Es también la crónica de una mujer singular: activista por reformas sociales contra el alcoholismo y el sufragio femenino –que afirmaba que las mujeres “deberían poder votar, especialmente si el marido estaba ebrio”–, que aprendió a andar en bicicleta a los 53 años de edad, motivando a las mujeres a superar las limitaciones de su época, y a involucrarse con prácticas que desafiaran su impuesto rol en la sociedad de finales del siglo XIX.

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