• Demonios encarnados. Izquierda, campesinado y lucha armada en Huancavelica

    282 páginas | Tapa blanda con solapas | Formato: 14.5 x 22 cm.
    Año de publicación: 2021

     

    Demonios encarnados narra la compleja historia de la politización rural campesina del siglo XX peruano. Fruto de un riguroso trabajo de historia oral y de acceso a archivos nunca antes revisados, Ricardo Caro cuestiona en este libro la idea del campo rural como el espacio más “atrasado” y “reacio al cambio” del proceso de construcción republicana. En sus páginas se cuenta el protagonismo político que tuvo la Federación Departamental de Comunidades y Campesinos de Huancavelica (FEDECH) y se reconstruye la biografía política del dirigente campesino Justo Gutiérrez Poma, que transitó en pocos años de activo promotor del desarrollo rural a un importante cuadro militar de Sendero Luminoso. Su fascinante historia nos permite adentrarnos en la trama de sociabilidades, espacios y tiempos del radicalismo campesino de la segunda mitad del siglo XX y de los inesperados efectos políticos que trajo consigo la reforma agraria velasquista en la zona sur andina del Perú.
     
    La biografía de Justo Gutierrez Poma sirve de vehículo para reconstruir aquellas dimensiones del periodo previo a la insurgencia armada de Sendero Luminoso, y muestra en detalle la dinámica de las acciones de las fuerzas del orden en su objetivo por controlar las acciones senderistas a inicios de la década de 1980. Este libro ilustra el devenir de la radicalidad más extrema a la que llegaron las prácticas, experiencias y discursos revolucionarios en el Perú del siglo XX.

    S/ 45.00S/ 50.00
  • El despertar del silencio

    84 páginas | Tapa blanda con solapas | Formato: 13.5 x 21 cm.

     

    Poemario del artista plástico puneño que, dividido en tres partes, cuenta las tradiciones del pueblo y las injusticias que sufren quienes menos tienen.

  • Por qué escuchamos a Stevie Wonder

    96 páginas | Tapa blanda | Formato: 15 x 23 cm.
    Año de publicación: 2020

     

    Del góspel al pop, de la balada al funk, del jazz al soul, Stevie Wonder supo desde muy chico ser fiel a sus orígenes culturales y, al mismo tiempo, lo suficientemente curioso como para asomarse en su música a nuevas expresiones. “El genio de 12 años de edad”, como lo definieron en la célebre discográfica Motown en 1962, desde su primera aparición en un escenario, ciego de nacimiento, logró sortear todos los obstáculos. Casi sesenta años después de aquel debut precoz, nos sigue conmoviendo y animando con sus canciones, su voz y su armónica. En ese derrotero hubo hits y megahits (I Just Called to Say I Love You, Isn’t She Lovely?), obras conceptuales (Journey Through the Secret Life of Plants) y experiencias menos felices. La suma de este variado repertorio, notablemente virtuoso, convirtió a Wonder en un clásico multigénero. Quizá porque, como canta en Sir Duke, el tema que le dedicó a Duke Ellington y a otros grandes del jazz, “la música es un mundo en sí mismo/con un lenguaje que todos entendemos”. A partir de un casete de In Square Circle grabado en su memoria, Edgardo Scott se propuso, con agudeza y erudición, pero sin piedad ni complacencia, “escribir la transformación de un gusto de infancia”. Esa patria que nos formatea para siempre, donde reina la canción.

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