• ¿Puede la educación cambiar la sociedad?

    Traductora: María Cristina Valderrama
    280 páginas | Tapa blanda | Formato: 14 x 21.5 cm.

     

    En esta obra inspiradora, Michael Apple sostiene que la educación puede cambiar la sociedad en clave solidaria y emancipatoria, siempre y cuando el trabajo sea sistemático y lúcido; si lo llevan a cabo comunidades comprometidas con la transformación social y si estas lo conciben en primer lugar como camino de liberación de los más débiles y los más discriminados. Por tanto, la respuesta afirmativa a la pregunta que titula su libro es verosímil, pero también ardua, y exige una toma de posición política indiscutible e ineludible.

  • Anarquía

    Edición y prólogo: Lutxo Rodríguez
    180 páginas | Tapa blanda | Formato: 13.5 x 20.5 cm.

     

    Este libro, publicado póstumamente en 1936, recopila los escritos de Manuel González Prada y expone su pensamiento anarquista de forma lúcida. Se compone de 35 ensayos, artículos y crónicas de actualidad publicados principalmente en el periódico Los Parias (1904-1909), junto con unos cuantos textos inéditos. Recoge su pensamiento de regreso a Perú en 1898 luego de un viaje por Europa, en el que conoce las ideas anarquistas, de las que se vuelve activista y a las que luego da un sello particular, filosófico y literario. En su mayoría son escritos de carácter ideológico y cultural cosmopolita.

     

    «La Anarquía es el punto luminoso y lejano hacia donde nos dirigimos por una intrincada serie de curvas descendentes y ascendentes. Aunque el punto luminoso fuese alejándose a medida que avanzáramos y aunque el establecimiento de una sociedad anárquica se redujera al sueño de un filántropo, nos quedaría la gran satisfacción de haber soñado. ¡Ojalá los hombres tuvieran siempre sueños tan hermosos!». – Manuel González Prada

  • Cartas a Mina Loy

    Traducción: Ricardo Echávarri
    78 páginas | Tapa blanda | Formato: 12 x 17.5 cm.

     

    Lo que Arthur le escribe a Mina son las palabras de amor más hermosas que labios humanos hayan pronunciado, son las palabras también de un desesperado (¿un suicida?) que vislumbró que la vida es atroz.

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