• Loveless

    152 páginas | Tapa blanda | Formato: 12 x 16 cm.
    Año de publicación: 2023

     

    Con una discografía exigua pero rotunda, My Bloody Valentine es uno de los nombres fundamentales del rock alternativo, una banda cuya búsqueda artística ayudó a dar forma a un nuevo estilo, el shoegaze, género de impronta guitarrera y ruidista, de canciones melancólicas y normalmente atmosféricas, que encontró su más perfecta expresión en Loveless, el segundo álbum del grupo. Aparecido en 1991, su impacto fue inmediato y, aunque la banda no publicó nueva música durante los noventa, su sonido influyó fuertemente en el rock producido desde entonces, hasta nuestros días, en que el shoegaze goza de plena actualidad.
     

    La realización del álbum fue una verdadera proeza y su historia es un ejemplo de obstinación artística. Mike McGonigal habló con tres de los cuatro miembros de My Bloody Valentine para reconstruir un proceso marcado por los cambios de estudio e ingenieros de sonido, la incomprensión, los aplazamientos, la falta de dinero y los problemas de salud. Una odisea creativa marcada además por una relación amorosa en estado agónico, la de Kevin Shields y Bilinda Butcher, quienes hablan extensamente para este libro.

    Loveless

    S/ 60.00
  • Vida animal. Figuraciones no humanas en el cine, la literatura y la fotografía

    184 páginas | Tapa blanda | Formato: 15 x 22 cm.
    Año de publicación: 2022

     

    En base a la hipótesis de que a partir de cierto momento histórico lo animal fue entendido como lo otro de lo humano, Vida animal se propone desdecirlo, y para ello despliega imágenes y relatos en los que lo animal y lo humano se pegotean hasta volverse indistinguibles. Se va tejiendo de este modo una “zoopoética” por la que se pasean cineastas, fotógrafos y escritores, pero también pensadores de diversas tradiciones y épocas, contradiciendo no solo las fronteras entre especies sino también entre diversas geografías, prácticas culturales y artísticas. Un libro erudito, preciso y necesario pero a la vez refrescante, que se lee como si miráramos una película y que, a medida que nos va llevando a pensar lo humano fuera de los límites del humanismo, va estirando también las posibilidades de lectura a las que nos lleva lo animal, para pasar a entenderlo como dispositivo estético. Lo animal se vuelve un espectro, un reflejo extrañado de nosotros mismos y, por lo tanto también, una apertura hacia otras formas de construir familia y comunidad en las que se pueda alojar ese trozo bestial que también nos pertenece.

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