• Cuatro páginas en blanco

    137 páginas | Tapa blanda con solapas | Formato: 14 x 20.5 cm.

    Incomprendido en su tiempo, Federico Alzubide fue un escritor que, sin haber colocado palabra alguna sobre el papel (y de ahí el título de este libro), movió los cimientos de la crítica. ¿Era un verdadero vanguardista o alguien que se burlaba de sus lectores? Cuatro páginas en blanco, de Lucho Zúñiga, es un notable artefacto estético porque combina el ensayo, la entrevista y el microrrelato para afianzar su carácter metaliterario. Pero es, ante todo, un texto arriesgado y que no debe pasar desapercibido.

  • Finnegans Wake: una lectura anotada de cuatro capítulos

    Autor/a:James Joyce

    484 páginas | Tapa blanda | Formato: 15 x 23 cm.

     

    En Finnegans Wake asistimos al desdoblamiento del lenguaje en general: no de una sola lengua nativa, sino de los varios idiomas a los que Joyce tenía acceso, desde dialectos sudamericanos hasta léxicos alusivos al Extremo Oriente, en un discurso polisémico que fluye principalmente en voces del Atlántico, el Mediterráneo y el Mar del Norte. Al apropiarse de la palabra, se adueña del mundo y de su historia, en una recreación de la literatura universal que pasa a través de sus fuentes más obvias: la Biblia, Shakespeare, Blake, Yeats, Wilde, Sterne, Swift, Twain; las teorías de Giambattista Vico, Giordano Bruno y otros pensadores; estudios sobre las religiones del mundo, anales, mitologías, óperas, tonadas infantiles, canciones antiguas y un extenso etcétera que pretende no dejar fuera ningún referente cultural del devenir humano, según el punto de vista de este europeo de entreguerras.

  • La geometría de una flor. Gustavo Cerati y la música electrónica

    Autor/a:Gito Minore

    112 páginas | Tapa blanda | Formato: 15 x 23 cm.
    Año de publicación: 2021

     

    ¿Se pueden pensar los últimos discos de Soda Stereo y los primeros de la etapa solista de Gustavo Cerati sin el aporte de la música electrónica? ¿Acaso estos no son hijos de una comunión entre el rock que siempre practicó y la contribución de este nuevo género en el que cada vez más se sumergiría? Plan V, Ocio, Roken y la placa Colores santos, que Cerati grabó en 1992 junto a Daniel Melero, (sin olvidar las bandas sonoras que compuso para las películas + Bien y Sólo por hoy) son los discos y proyectos a los que se hace referencia a lo largo de este libro. Álbumes, EP y grabaciones (muchas de ellas descatalogadas o perdidas) que significaron la puerta de entrada del artista a la escena electrónica que se estaba desarrollando en esos tiempos y que, por su importancia, se convirtieron en la médula espinal de algunas de las piezas de su discografía. Discos que todavía se nos presentan contemporáneos y, muchas veces, hasta se nos antojan de vanguardia.

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