• Acequia

    278 páginas | Tapa blanda | Formato: 14.5 x 20 cm.
    Año de publicación: 2024

     

    Obra ganadora del Premio Las Yubartas 2024 que es auspiciado por la FIL de Nueva York y que acaba de ser publicado en 10 países por 10 editoriales independientes locales (Pesopluma para el caso de Perú). Acequia es un rompecabezas. Un artefacto literario que entrelaza historias aparentemente dispares en las calles de una ciudad delirante. Una editorial polémica, un filósofo de los espejos, un galgo plateado y una Virgen legendaria son solo algunas de sus piezas. Con humor, pero sin concesiones, Amaury Colmenares compone la biografía colectiva de Cuernavaca, al tiempo que reflexiona sobre la escritura y la búsqueda de sentido en un mundo caótico.

    Acequia

    S/ 55.00
  • Cuatro páginas en blanco

    137 páginas | Tapa blanda con solapas | Formato: 14 x 20.5 cm.

    Incomprendido en su tiempo, Federico Alzubide fue un escritor que, sin haber colocado palabra alguna sobre el papel (y de ahí el título de este libro), movió los cimientos de la crítica. ¿Era un verdadero vanguardista o alguien que se burlaba de sus lectores? Cuatro páginas en blanco, de Lucho Zúñiga, es un notable artefacto estético porque combina el ensayo, la entrevista y el microrrelato para afianzar su carácter metaliterario. Pero es, ante todo, un texto arriesgado y que no debe pasar desapercibido.

  • La noche. Vivir sin testigo

    Traducción del francés
    128 páginas | Tapa blanda | Formato: 15 x 22 cm.
    Año de publicación: 2020

     

    La hipótesis que este libro no cesa de profundizar es que le damos nuestro consentimiento a la noche porque está desprovista de testigos designados. El bandido actúa en la oscuridad esperando que nadie pueda reconocerlo en el tribunal. El poeta busca en la noche una inocencia que no encuentra en el día. De una manera menos sublime, quien entra en la noche para no dormir escapa por un tiempo a los juicios del resto o al de su propia conciencia. Velan para ya no ser vigilados. El arte de vivir sin testigo también acarrea obligaciones: existe una ley de la noche, de aspecto menos jurídico que la ley del día, pero no por ello es menos exigente. Pensar la noche es pensar la manera en que la oscuridad cambia nuestra percepción, transforma nuestra relación con los otros o modifica nuestra experiencia del tiempo, pero siguiendo siempre las reglas que le son propias. Para el autor, es necesario privilegiar no la oposición binaria entre lo nocturno y lo diurno, sino las situaciones en las que entran en un prometedor conflicto. Sin eso, el día olvidaría que él es el día de la noche que lo precede: solo habría lugar para una pálida transparencia en la que todos están dispuestos a ser testigos.

Menú principal