• Cuatro páginas en blanco

    137 páginas | Tapa blanda con solapas | Formato: 14 x 20.5 cm.

    Incomprendido en su tiempo, Federico Alzubide fue un escritor que, sin haber colocado palabra alguna sobre el papel (y de ahí el título de este libro), movió los cimientos de la crítica. ¿Era un verdadero vanguardista o alguien que se burlaba de sus lectores? Cuatro páginas en blanco, de Lucho Zúñiga, es un notable artefacto estético porque combina el ensayo, la entrevista y el microrrelato para afianzar su carácter metaliterario. Pero es, ante todo, un texto arriesgado y que no debe pasar desapercibido.

  • La única cosa que es probable que rompas es todo. Antología de poesía joven en Alaska

    125 páginas | Tapa blanda con solapas | Formato: 13.5 x 21 cm.

     

    Con una distribución que busca dedicar cada parte con una naturaleza poética diferente, el poemario se basa en perspectivas narrativas de poetas nacidos o residentes en Alaska; cada uno con visión diferente del transcurso de la vida en “exilio” y la apreciación personal que permite diferir los capítulos entre sì y brindar cierta prosa y musicalidad a hechos comunes que carecen de una sensación de fantasía; en esta búsqueda de un complemento a la realidad.

  • Un observador persistente. Autobiografía de Charles Darwin

    134 páginas | Tapa blanda | Formato: 14 x 21 cm.
    Año de publicación: 2024

     

    Entre mayo y agosto de 1876, un entonces anciano Charles Darwin escribió casi todas las tardes, durante una hora, su autobiografía. El naturalista británico comienza a relatar sus vivencias impulsado por la petición de un editor alemán, pero, sobre todo, para entretenerse, esperando, además, que dicho testimonio pudiera interesarle a sus hijos y nietos. Desde las primeras líneas advierte: “He intentado escribir la siguiente narración sobre mí como si yo fuese un difunto, quien desde otro mundo contempla su propia vida. No me ha parecido complicado, pues me queda muy poca vida. Al escribir, no me he esforzado para nada en mi estilo”.

     

    Un observador persistente es un ameno relato autobiográfico en el que Darwin se mueve entre su quehacer científico y su vida personal para entregarnos un sincero testimonio sobre los circuitos de su carácter, su forma de comprender la vida a lo largo de los más significativos momentos de su existencia, narrados con soltura e ironía. Un ejercicio de memoria en el que afloran las contradicciones entre fe y ciencia que lo atormentaron, sus vínculos familiares y sus reflexiones más íntimas sobre diversos temas. Un retrato de sí mismo y de su época que nos permite comprender e inmiscuirnos en la mente de un personaje fundamental en la evolución del pensamiento y su influencia en la sociedad contemporánea.

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