• Imágenes virales. El cine de David Cronenberg

    124 páginas | Tapa blanda | Formato: 15 x 22 cm.
    Año de publicación: 2024

     

    En este ensayo, incisivo y paciente a la vez, con un ritmo y una precisión tan rigurosos como el inexorable crescendo que impulsa Una historia de violencia, Cristóbal Durán Rojas convierte el cine de David Cronenberg en un proyecto filosófico para pensar la imagen. No escribe sobre las películas ni basándose en ellas, como si pretendiera contar su verdad o utilizarlas como pretextos para un discurso. En lugar de ello, las examina, escuchando las preguntas que plantean.
     

    A lo que se refiere es a la forma en que las imágenes «se conectan, se reúnen y divergen». La imagen es viral, dice con William Burroughs (de quien Cronenberg adaptó El festín desnudo), es circulación virulenta y parásita. La imagen es compenetración, dice también, viendo cómo la pantalla de televisión de Videodrome se vacía de sus entrañas, como si pudiera purificarse de la heterogeneidad que la desborda.
     

    En cuanto a nosotros, somos los huéspedes de estos virus que son las imágenes. Dan forma a nuestros cuerpos, ya sean propios o protésicos. Es imposible escribir sobre ellos o desde ellos, ya que, como dice Cristóbal Durán, viven en la «indiscernibilidad entre el adentro y el afuera». Su ensayo habita ese entredós.

  • La tortura y el torturador. Perfiles psiquiátricos de agentes de la DINA

    202 páginas | Tapa blanda | Formato: 14 x 21.5 cm.

     

    El psiquiatra Rodrigo Dresdner vuelve a adentrarse en un análisis profundo para realizar un aporte significativo a la comprensión de la mente del torturador. Situándose en la dictadura chilena, periodo histórico en cual la tortura fue institucionalizada y formó parte de una política de Estado, Dresdner caracteriza a la DINA, primera policía secreta del régimen dictatorial de Pinochet responsable de numerosos crímenes de lesa humanidad, para luego centrarse en los perfiles psiquiátricos de tres de sus más siniestros agentes: Manuel Contreras Sepúlveda, Pedro Espinoza Bravo y Armando Fernández Larios.
     

    A partir de material de archivo y testimonios recogidos de primera mano, el psiquiatra nos muestra cómo la selección de los agentes de este perverso organismo de ninguna manera fue azarosa. Al contrario, precisamente fueron rasgos antisociales y psicopáticos los que destacaron en los perfiles de sus integrantes, quienes cometieron los horrorosos crímenes que aún supuran en el cuerpo herido de Chile

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