• Cuatro páginas en blanco

    137 páginas | Tapa blanda con solapas | Formato: 14 x 20.5 cm.

    Incomprendido en su tiempo, Federico Alzubide fue un escritor que, sin haber colocado palabra alguna sobre el papel (y de ahí el título de este libro), movió los cimientos de la crítica. ¿Era un verdadero vanguardista o alguien que se burlaba de sus lectores? Cuatro páginas en blanco, de Lucho Zúñiga, es un notable artefacto estético porque combina el ensayo, la entrevista y el microrrelato para afianzar su carácter metaliterario. Pero es, ante todo, un texto arriesgado y que no debe pasar desapercibido.

  • Erotismo y pornografía

    110 páginas | Tapa blanda | Formato: 14 x 21 cm.
    Año de publicación: 2021

     

    Inmensa es la brecha que separa la «o» de la «y», la conjunción disyuntiva de la bien nombrada copulativa. «Erotismo o pornografía» evoca una oposición e incluso una batalla; obliga a tomar partido. Y, de hecho, el esfuerzo por distinguir entre los dos –en general para valorar a un término, casi siempre el primero– ha hecho correr ríos de tinta, producido extrañas alianzas y generados debates interminables, sin que se lograse trazar una frontera nítida. En cambio, la fórmula que hemos elegido para este libro, «Erotismo y pornografía», abre un espacio de exploración, no de conflicto. Un espacio de puro goce.
     
    Los colaboradores reunidos en este libro no persiguen ningún consenso ni intentan tapar sus propias contradicciones y ambivalencias. No buscan respuestas definitivas; apenas hacen preguntas. Están en el espacio del juego libre, que es el espacio propio del ensayo –y del erotismo. Con lirismo o humor, hablan de sí, de los otros, hablan de los cuerpos, las imágenes, los deseos, los terrores, las fantasías y, antes que nada, de las palabras. Muy llamativa es la variedad formal de los textos, que abarcan la reflexión académica, la autobiografía, la ficción, la meditación literaria, la poesía y hasta un diccionario bastante poco habitual. No dicen «o»: dicen «y». La voz que susurra, la mano que roza el teclado, el papel, la piel: la escritura es un acto vivificante, un acto erótico. La lectura también.

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