• Anarquía

    Edición y prólogo: Lutxo Rodríguez
    180 páginas | Tapa blanda | Formato: 13.5 x 20.5 cm.

     

    Este libro, publicado póstumamente en 1936, recopila los escritos de Manuel González Prada y expone su pensamiento anarquista de forma lúcida. Se compone de 35 ensayos, artículos y crónicas de actualidad publicados principalmente en el periódico Los Parias (1904-1909), junto con unos cuantos textos inéditos. Recoge su pensamiento de regreso a Perú en 1898 luego de un viaje por Europa, en el que conoce las ideas anarquistas, de las que se vuelve activista y a las que luego da un sello particular, filosófico y literario. En su mayoría son escritos de carácter ideológico y cultural cosmopolita.

     

    «La Anarquía es el punto luminoso y lejano hacia donde nos dirigimos por una intrincada serie de curvas descendentes y ascendentes. Aunque el punto luminoso fuese alejándose a medida que avanzáramos y aunque el establecimiento de una sociedad anárquica se redujera al sueño de un filántropo, nos quedaría la gran satisfacción de haber soñado. ¡Ojalá los hombres tuvieran siempre sueños tan hermosos!». – Manuel González Prada

  • La Hermandad de la Casa Grande

    509 páginas | Tapa blanda | Formato: 14 x 22 cm.
    Año de publicación: 2021

     

    Es 1879. Al norte, Chile defiende las inversiones extranjeras en la Guerra del Pacífico. Al sur, más allá de la Araucanía ya invadida, desde una isla grande casi inexplorada se dispersan rumores de violencia, superstición y de un Estado incapaz de imponer su ley.
     

    La élite estaría tranquila si algunos «elementos» que no están ocupados en la frontera con Perú penetraran Chiloé. Necesitan pruebas para condenar a esos delincuentes que aterrorizan a la población con viejas creencias indígenas. Se hacen llamar brujos. Se organizan como La Recta Provincia o La Hermandad de la Casa Grande. Mienten para asustar y cambian los nombres a las ciudades de la isla –Achao, Dalcahue o Quicaví–, confundiéndolas con otras: Buenos Aires, Villarrica, Salamanca.
     

    Si fueran solo mitos, al Gobierno le bastaría con dejar olvidado ese recóndito lugar. Pero quien se hace llamar El Mayor Mentiroso del Mundo asegura haber escapado de los brujos y recorre el norte deslumbrando a los extranjeros: les habla de maleficios, monstruos y asesinatos; de las sangrientas luchas entre clanes para hacerse de un reinado en decadencia. Por esas mentiras, o para asegurar un inestable orgullo nacional, coroneles y tenientes deciden darle fin a cosas que un mortal no tiene el poder de terminar.

Menú principal