• Anarquía

    Edición y prólogo: Lutxo Rodríguez
    180 páginas | Tapa blanda | Formato: 13.5 x 20.5 cm.

     

    Este libro, publicado póstumamente en 1936, recopila los escritos de Manuel González Prada y expone su pensamiento anarquista de forma lúcida. Se compone de 35 ensayos, artículos y crónicas de actualidad publicados principalmente en el periódico Los Parias (1904-1909), junto con unos cuantos textos inéditos. Recoge su pensamiento de regreso a Perú en 1898 luego de un viaje por Europa, en el que conoce las ideas anarquistas, de las que se vuelve activista y a las que luego da un sello particular, filosófico y literario. En su mayoría son escritos de carácter ideológico y cultural cosmopolita.

     

    «La Anarquía es el punto luminoso y lejano hacia donde nos dirigimos por una intrincada serie de curvas descendentes y ascendentes. Aunque el punto luminoso fuese alejándose a medida que avanzáramos y aunque el establecimiento de una sociedad anárquica se redujera al sueño de un filántropo, nos quedaría la gran satisfacción de haber soñado. ¡Ojalá los hombres tuvieran siempre sueños tan hermosos!». – Manuel González Prada

  • Imágenes virales. El cine de David Cronenberg

    124 páginas | Tapa blanda | Formato: 15 x 22 cm.
    Año de publicación: 2024

     

    En este ensayo, incisivo y paciente a la vez, con un ritmo y una precisión tan rigurosos como el inexorable crescendo que impulsa Una historia de violencia, Cristóbal Durán Rojas convierte el cine de David Cronenberg en un proyecto filosófico para pensar la imagen. No escribe sobre las películas ni basándose en ellas, como si pretendiera contar su verdad o utilizarlas como pretextos para un discurso. En lugar de ello, las examina, escuchando las preguntas que plantean.
     

    A lo que se refiere es a la forma en que las imágenes «se conectan, se reúnen y divergen». La imagen es viral, dice con William Burroughs (de quien Cronenberg adaptó El festín desnudo), es circulación virulenta y parásita. La imagen es compenetración, dice también, viendo cómo la pantalla de televisión de Videodrome se vacía de sus entrañas, como si pudiera purificarse de la heterogeneidad que la desborda.
     

    En cuanto a nosotros, somos los huéspedes de estos virus que son las imágenes. Dan forma a nuestros cuerpos, ya sean propios o protésicos. Es imposible escribir sobre ellos o desde ellos, ya que, como dice Cristóbal Durán, viven en la «indiscernibilidad entre el adentro y el afuera». Su ensayo habita ese entredós.

  • La noche. Vivir sin testigo

    Traducción del francés
    128 páginas | Tapa blanda | Formato: 15 x 22 cm.
    Año de publicación: 2020

     

    La hipótesis que este libro no cesa de profundizar es que le damos nuestro consentimiento a la noche porque está desprovista de testigos designados. El bandido actúa en la oscuridad esperando que nadie pueda reconocerlo en el tribunal. El poeta busca en la noche una inocencia que no encuentra en el día. De una manera menos sublime, quien entra en la noche para no dormir escapa por un tiempo a los juicios del resto o al de su propia conciencia. Velan para ya no ser vigilados. El arte de vivir sin testigo también acarrea obligaciones: existe una ley de la noche, de aspecto menos jurídico que la ley del día, pero no por ello es menos exigente. Pensar la noche es pensar la manera en que la oscuridad cambia nuestra percepción, transforma nuestra relación con los otros o modifica nuestra experiencia del tiempo, pero siguiendo siempre las reglas que le son propias. Para el autor, es necesario privilegiar no la oposición binaria entre lo nocturno y lo diurno, sino las situaciones en las que entran en un prometedor conflicto. Sin eso, el día olvidaría que él es el día de la noche que lo precede: solo habría lugar para una pálida transparencia en la que todos están dispuestos a ser testigos.

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